miércoles, 23 de febrero de 2011 | | By: enrrodaz

El agua del mar, ¿se puede beber?




Las playas de mar son ideales para el acondicionamiento y practica de todos los deportes pero que hay de los efectos de la ingesta de su agua?


AGUA PARA LA NUTRICIÓN
Miles de niños mueren al año por desnutrición, cuando el agua de mar podría curar esa desnutrición y evitar la catástrofe. Impulsar los Dispensarios Marinos en todo el mundo es la solución a la desnutrición infantil.
Desde el siglo pasado se sabe, por los descubrimientos de René Quinton que el agua de mar tiene un gran valor para:
1) Hidratar y recargar electrolíticamente las células.
2) Reequilibrar la función enzimática, y
3) Promover la regeneración celular.
Objetivos de todas las terapias, tanto oficialistas, como naturistas.
El primer efecto es la rehidratación y la regulación de las patologías crónicas con carencias y desmineralización. Los oligoelementos no funcionan aislados, están ligados a las enzimas y constituyen la clave de la química interna, y deben estar en equilibrio, de forma que la carencia de un elemento puede provocar perturbaciones en toda una serie de procesos.
En el núcleo celular los elementos marinos ejercen una labor aun más determinante, porque influyen incluso en la regeneración del material genético.
Se desconoce la obra de René Quinton y la clínica de aplicación de su terapia en Francia y otros países por más de 50 años, salvando miles de vidas, especialmente de niños.
Suministrar generosamente al organismo agua de mar significa poner a su disposición la información nutricional que, amén de nutrir, mantiene en equilibrio todas sus funciones, revitaliza el medio interior en caso de hallarse intoxicado y cura enfermedades provocadas por dicha intoxicación.
 RENÉ QUINTON
René Quinton nació el 15 de diciembre de 1866 en Chaumes, Brie, Francia. Después de estudiar letras y hacer algunos cursos en el Museo de Historia Natural, comenzó su carrera en el ámbito científico que revolucionó los paradigmas de su época. Tanto así que la academia francesa de ciencias no dudó en decir que después de Darwin, nadie sino Quinton había hecho aportes tan relevantes en el campo de la biología.
En 1904 se publica su obra “El agua de mar, medio orgánico”, donde sintetiza trabajos y reflexiones fruto de más de diez años de investigación. En sus páginas, Quinton asegura y ofrece diversas pruebas de que la vida animal apareció en el mar y que todas las especies zoológicas, incluido el hombre, tienden a mantener, a través de la serie evolutiva, las condiciones en que se originó su existencia. Es decir que, en vez de mutar en obediencia pasiva frente a la influencia de medio, como se pretendía después de Darwin, en realidad la vida animal cambia para mantener internamente las condiciones en las que surgió.
Según demuestran los trabajos de Quinton, dichas condiciones son la temperatura y la composición físico-química del medio interno del organismo animal, que son exactamente las mismas que tenía el agua de mar en las era en que la ciencia calcula que cada especie zoológica apareció. A esto obedece, por ejemplo, que la concentración de sodio en nuestro medio interno sea inferior al del agua de mar tal como la conocemos ahora, ya que frente a la concentración progresiva de los océanos, la vida animal ha tendido a mantener la concentración que existía en sus orígenes.
Utilizando perros como cobayas, Quinton realizó varios experimentos en el College de France, cuyos resultados resultan impresionantes. Al reemplazar con agua marina la sangre de un perro previamente desangrado casi por completo, el animal se recuperó y a los dos días mostró una vivacidad aún mayor que la que normalmente tenía. Este experimento fue repetido por otros investigadores con los mismos resultados.
Los siguientes experimentos de Quinton se llevaron a cabo en organismos humanos. En 1905 se aplicaron las primeras inyecciones de agua de mar isotónica a un par de bebés desahuciados quienes a las pocas horas recuperaron peso y a los dos días recobraron por completo la salud y vieron aumentada su vivacidad, tal como ocurrió previamente con los perros.
Prepara el agua de mar diluyéndola en agua de manantial poco mineralizada, esterilizándola y filtrándola, sin contacto con metales. Este método le permite garantizar la no toxicidad y la conservación de las propiedades vitales de agua de mar, lo cual le permite experimentar con inyecciones intramusculares.
A raíz de éxito obtenido con estos bebés, Quinton se da a la tarea de crear una serie de instituciones sanitarias a las que llamó Dispensarios Marinos. A principios de siglo las inyecciones de agua de mar isotónica se aplicaban a razón de 100,000 por año en París y 150,000 en el dispensario de Lyon.
Quinton fallece en 1925, a consecuencia de las secuelas de las heridas sufridas en la I guerra mundial, en pleno éxito de su terapia.

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